Estrozandobotes per Asturias me lleva esta vez a la vega Urriellu y conocer un poco más a un gran hombre dedicado a la montaña, yo no tengo el gusto de conocerle personalmente, pero hemos hablado algunas veces a través del Facebook, he pasado muchas veces al lado de su casa para llegar a un estupendo mirador en Sotres, el pueblo que más me gusta de Asturias y donde tengo algunos buenos amigos
DE MONTAÑA POR ASTURIAS
Picos de Europa
MÁS DE TRES DÉCADAS GUARDANDO EL URRIELLU
Justo en la base del picu Urriellu está el refugio, y pudiera decirse que dentro de él, habita una persona que lo inauguró acumulando una vida entera bajo su inmensa silueta y su sombra alargada.
Refugio del Urriellu |
Para comenzar esta historia tenemos que retroceder al verano de 1972. Por esas fechas, un joven niño de Sotres, acompañaba a su madre montaña arriba. Van en busca de un animal extraviado que les es muy querido. Se adentran, con mucha atención, en el corazón de los Picos de Europa, que aún estaban muy inexplorados. Dan muchos pasos y llegan a la vega de Urriellu donde, por primera vez, el niño contempla muy de cerca el paisaje rocoso que tantas veces había observado en la distancia, cada día, yendo camino de la escuela, jugando en la calle o mientras ayudaba en las tareas de la casa. Le fascina.
Además, está esa inmensa roca, a la que algunos llaman <Naranjo> por el tono que su piedra coge en los atardeceres: una mole de caliza que se eleva a 2.519 metros, destacando en la galería rocosa que forma el horizonte de Picos y que, vista de cerca, impresiona por su belleza y verticalidad desafiante. El silencio absoluto, la fuerza imponente de las montañas, la visión del mar en el horizonte y la soledad de esas alturas quedan grabadas, para siempre y en forma de recuerdo agradable, en la mente de aquel niño, que paso la noche junto a su madre a la vera del Urriellu y regresó al hogar sintiendo que había algo allá arriba que le había robado el alma.
Niebla, nieve y tonos azules invernales en el picu Urriellu y su refugio |
Tomás Fernández junto al Urriellu, cuyo refugio lleva guardando más de treinta años |
<<Yo terminaba de volver de la mili y conocí un joven chaval de 17 años Erik Pérez, que soñaba con ser guía de montaña en Picos de Europa, poniendo en marcha refugios de calidad y excursiones por las cumbres y recovecos más impresionantes de la zona, de los que estaba enamorado. Decidimos asociarnos y tratar de poner en marcha aquel sueño y lo conseguimos: gracias al empeño y a la cabeza increíble de Erik, que con aquella idea revolucionó mi vida y me llevó de nuevo al Urriellu, regresando de nuevo a mi mente aquella sensación de paz y calma que había sentido de niño, cuando subí allí con mi madre>> recuerda, trayendo al presente todas las dificultades que Erik y él salvaron hasta conseguir que en Vegarredonda y Urriellu hubiera sendos refugios y que en los Picos de Europa hubiese un turismo de calidad, bien guiado y bien seguro.
A las puertas del refugio de Urriellu en una jornada jornada de verano |
Pero de las miles de personas que pernoctan y pernoctaron ahí arriba, el récord de noches bajo el Urriellu sigue siendo de Tomás que, tras tres décadas largas unido al refugio y dos de ellas sin cerrarlo nunca - ni siquiera en el más duro invierno - es ya parte del lugar y, desde luego, perfecto conocedor de la logística implícita al refugio, ese pequeño edificio a los pies del Picu que, hace un mes exacto, volvió a abrir sus puertas dispuesto a mantenerlas abiertas 9 meses seguidos, hasta que se acorten de nuevo los días, las temperaturas desciendan bruscamente y el silencio y la soledad absoluta se adueñen de nuevo de la vega donde se asienta.
<<Antes se pasaba allí el invierno pero ahora ya no, se cierra por temporada invernal y vuelve abrirse en primavera. Este año, hace ahora un mes que subimos para abrir y nos encontramos un montón de incidencias provocadas por los fuertes vientos y los temporales invernales, las cañerías están congeladas, las cisternas no funcionan, las placas solares volaron...además, alguien utilizo el vivac que se deja preparado pero olvido cerrar la puerta al irse, así que lo encontramos lleno de nieve y de desperfectos. En resumen, la actividad de estos primeros días es compleja y consiste, lo que más, en solucionar estos desaguisados. Y claro, no es fácil, por que no es lo mismo necesitar un fontanero en Oviedo, o incluso en Sotres, que estando en el Urriellu... los tiempos cambian ligeramente... hay que echarle paciencia y aferrarse mucho al poco a poco y a las soluciones expres>> explica, con cierto humor e ironía.
Tomás Fernández con su amado refugio de Urriellu en una foto de archivo |
Cuenta también Tomás que los almacenes de comida básica (pasta, legumbres, conservas, café, mermeladas, aceite...) se llenan dos veces al año (a mediados de verano y al final de temporada) a provechando el auxilio de los helicópteros para llenar la despensa por toneladas, mientras que las viandas frescas se suben regularmente con caballos y un porteador, Arturo Mier quien hace el camino a Urriellu dos o cuatro veces a la semana cargando los productos frescos (como pan, frutas y verduras) para llenar las neveras del refugio. De esta manera, consiguen dar un servicio de cocina bueno y completo, atendiendo la máxima calidad a las muchísimas personas que pasan por el refugio, que actualmente tiene una capacidad para 64 personas y requiere una reserva previa (a través de la web de refugios de Picos) con el fin de llevar a cabo una organización óptima.
Aquellos que conocen bien el lugar, bien lo saben: Tomás Fernández es ya parte de la idiosincrasia misma del Urriellu. Y un año más, casi como de continuo desde 1991, todos los que visiten la vega Urriellu y el refugio que la ocupa pueden encontrarle allí, dispuesto a contar historias, acompañar una charla, echar una bronca oportuna - si se tercia - o identificar un ave colorida o una flor diminuta por su nombre y señas. Junto a él, todo un equipo de profesionales, conformado por dos guardas más (Iñigo y Sergio) y casi una docena de trabajadores dispuestos a recibir, sentar a la mesa y dar buen refugio a todos aquellos que quieran acercarse al picu Urriellu, para admirarlo o escalarlo, atesorando la experiencia de dormir y vivir, aunque sea unas horas, bajo su sombra alargada.
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